Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana. Graham Greene (1904-1991) Novelista británico.
Los derechos humanos
son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas
a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho
de su condición humana, para la garantía de una vida digna.
La
democracia no puede ceder terreno al populismo ni entregarse a la
desintegración del debate racional. Solo desde la cultura y el conocimiento,
los humanos nos hacemos más sabios, más libres y mejores ciudadanos.
Hemos
construido una sociedad rabiosamente narcisista en la que, olvidando
valores como esfuerzo, trabajo y decencia, los protagonistas son la fama
efímera y superficial y la tolerada irreverencia, o un culto al dinero
visiblemente obsceno para la inmensa mayoría. Hemos dejado en el camino lo que
Orwell llamó common decency, la decencia común, la infraestructura moral
básica que nos hace personas de excelencia. Hemos olvidado _y los líderes más
que nadie_ el valor pedagógico del ejemplo. Es más, lo hemos hecho trizas,
desterrándolo a territorios ignotos y lejanos.
En
el movimiento Republicano Liberal estamos trabajando para revertir conceptos
que definitivamente van a mejorar nuestra convivencia.
Buscar
la solución a nuestros desafíos en la sabiduría y en las Universidades, en
el saber y el conocimiento. Es decir, en la educación, que debiera ser uno
de nuestros principales objetivos estratégicos en un mundo que ya es digital.
Solo desde la cultura y el conocimiento los humanos nos hacemos más sabios, más
libres, más justos y mejores ciudadanos, abrazando la realidad y olvidando las
apariencias que siempre acechan…
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