domingo, 30 de agosto de 2020

¡VA GANAR TRUMP! @raulamiel

Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan
Salmos 119:2

En esta nota dominguera no tocare el tema de la política venezolana. Solo destacare mi alegría con la noticia que a Juan Requesens lo trasladaron a una reclusión más humana; su hogar como nueva cárcel. Claro, un ficticio acto de justicia del desgobierno en su juego macabro.

Vamos con el tema de hoy. Las posibilidades de que el presidente Donald Trump gane la reelección en 2020 son casi seguras. Donald Trump sabe cómo ganar y lo está haciendo. Estados Unidos nunca volverá a ser el mismo después de que Trump salga victorioso sobre las perversidades del cartel de la maldad del estado profundo.  

Decía Ortega y Gasset que “la forma que en política ha representado la más alta voluntad de convivencia es la democracia liberal”, que “la democracia liberal fundada en la creación técnica es el tipo superior de vida pública hasta ahora conocido” no obstante, nuestro mejor pensador del s. XX nos advirtió que la democracia es el imperio de las masas, sí, y de que hay consecuencias.




El Catire ganará las elecciones, porque los resultados económicos de su mandato son satisfactorios, por el fiasco de los demócratas en el proceso de impeachment, porque los disturbios que siguieron a la muerte de George Floyd fortalecen su candidatura y porque la economía norteamericana se recuperará vigorosamente, al tiempo que los contagios y las muertes por la pandemia se reducen paulatinamente.

Presidente Trump tiene sobre su rival la ventaja de una mayor exposición mediática, la de definir los temas de la campaña y la de controlar los cargos de la administración pública donde se manejan las clientelas políticas. 

Desde Franklin D. Roosevelt solo dos presidentes que se presentaron a la reelección fueron derrotados: Carter y Bush padre. Solo teniendo dígitos muy malos o estar apabullado por algún estruendoso fracaso o escándalo reciente para que un presidente por la reelección no resulte ganador. Con números que son buenos, Trump viene de una indiscutible victoria política como fue el fracaso del “impeachment” impulsado por los demócratas. En lugar de una derrota como se hubiera querido.


Antes del choque de la pandemia, la economía de USA estaba prácticamente en pleno empleo y casi sin inflación. El crecimiento del PIB per cápita es bastante bueno. En fin, la economía es más abierta que en 2016, cuando la relación porcentual del comercio exterior con el PIB era de 26,5 % frente a 27,5% en 2018. Un punto de crecimiento en dos años no está mal para un proteccionista. 

Otro factor que puede vigorizar la aspiración de Trump, en lugar de menguarla, es la retorcida radicalidad de facinerosos, secundados por la camarilla demócrata que originaron los desmanes de semanas atrás. En 2016, El catire enfocó su oferta política hacia la clase media blanca, el sector mayoritario de la sociedad norteamericana, que por efecto de la propaganda aparece como la responsable de las calamidades de las minorías discriminadas: negros, latinos, homosexuales, etc. Este grupo es el que ha sido víctima de las mayores agresiones protagonizadas por los participantes en las protestas desatadas tras el asesinato de Floyd. Pero aún entre los negros y latinos, que han prosperado en la sociedad norteamericana, prevalece el sentimiento de que esos desmanes son una reacción exagerada frente a un hecho que todo mundo está dispuesto a condenar como un evento de brutalidad policial. 

Las protestas ya son menos masivas y se han desvanecido más de lo que hubieran querido sus promotores. En las calles solo quedan los amotinadores organizados de movimiento Black Lives Matter, cuya alineación violenta y fanática es cada vez más concluyente e irrefutable para el pueblo de Estados Unidos. E incluso más repudiada.



La recuperación del empleo es asombrosa. La tasa de desempleo, que llegó a 14,7 % en abril, retrocedió a 11,1 % en junio como resultado de la creación de 4,9 millones de puestos de trabajo. Si esta tendencia continúa, como presumiblemente lo hará a medida que se reabra la economía, en octubre el desempleo estará hacia el 6 % – 7 % y la victoria de Trump sería muy probable. Si en el camino aparece la vacuna contra la COVID-19 en alguno de los laboratorios que han recibido fondos de la administración federal, su triunfo será imparable.

O, ¿creen que el pueblo americano, los votantes de Trump, son tontos? 

Todo el mundo piensa que el Catire se va a achicharrar y aquí estoy yo vaticinando con casi total certeza que va a ganar. Parece una monomanía, pero no lo es. 

No será fácil, pero al final del día la gente va a votar sobre la economía y creo firmemente que Donald Trump será reelegido. 

Mientras tanto. Recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!



Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel

 

OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  30  DE AGOSTO 2020















 




 

domingo, 23 de agosto de 2020

LA RECETA REPUBLICANA @raulamiel

Nuestra lucha es la de encontrar el modo correcto de hacer las cosas.-  Platón

Una verdad de Perogrullo, la izquierda tiene razón en esto: el “modelo” no funciona. En general es cierto lo que dicen los socialistas de las debilidades de la economía, y que la riqueza no se “derrama hacia abajo”. Es verdad. Lo malo del socialismo (y del nacionalismo) es su “remedio”, ¡es peor que la enfermedad!

“El sistema” vigente es un estatismo híbrido, de mercantilismo y socialismo, por partes aproximadamente iguales. Está compuesto de:

a) Por un lado, leyes mercantilistas aseguran a los ricos y a las grandes empresas “establecidas” sus ventajosas “protecciones”: nichos monopólicos en los mercados intervenidos. ¡Eso no sirve para crear riqueza en abundancia, suficiente para todos!

b) Ahí están los socialistas con sus leyes, que ofrecen a los pobres unas consolatorias “compensaciones sociales” en educación, atención médica, alimentaría, etc., a cargo del Estado. Estas dádivas nunca llegan completas a los pobres, o lo hacen en forma harto deficiente. Pero en cambio sirven para asegurar a los intermediadores políticos _las izquierdas y los populismos­_ sus no menos ventajosas posiciones en el aparato estatal, o en entidades dependientes del estatismo.

El Poder Legislativo ha sido la madre de este sistema. Por muchos años, hemos elegido dos clases de legisladores: los de ideas mercantilistas, y los de ideas socialistas. Unos y otros han hecho las leyes respectivas, a su modo, y luego han intercambiado los votos. Así de simple.

Pero el enfoque está equivocado, por eso deja a casi todos descontentos. La riqueza no se “extiende” porque la riqueza no se crea de arriba hacia abajo, sino al revés: de abajo hacia arriba. A través del tejido económico particular, formado por millones de relaciones contractuales, establecidas entre agentes privados libres y operando en mercados abiertos y competitivos, por ende altamente eficientes. Estas relaciones se van desarrollando en tanto crecen los actores.

Es una cuestión de filosofía política. La del mercantilismo es: “Los ricos estamos completos con nuestros privilegios”. La de los socialistas: “Con nuestras maravillosas leyes sociales ¿quién quiere ser rico?”  Y la nuestra es: “Todos podemos ser ricos, sin necesidad de compensaciones engañosas”.

Una propuesta como la que idealizamos requiere de un mensaje impactante, fresco y atractivo, realmente “fuera de serie”. Aquí hay algunas propuestas o sugerencias:

El “modelo” no funciona para todos. Sólo para los ricos, las grandes empresas establecidas y los bien “conectados” políticamente. Porque las políticas implementadas en los postulados del plan “socialismo del siglo XXI” han fracasado. Y no se traducen en verdadero bienestar para la gente.

La idea es poner al Estado en su lugar. Y “empoderar” a la gente, traspasando al sector de mercado _empresarios ahora informales, maestros y educadores, médicos y enfermeras, etc._ las competencias y los recursos que hoy se pierden en manos estatales. Con tres series de “vouchers” para atender a los más pobres (en educación, salud, y planes de jubilaciones y pensiones), en la transición a una economía moderna, dinámica y en expansión. Por vía de la privatización de la industria petrolera. Petróleo para el pueblo.

Para ello se requiere derogar un cúmulo de “leyes malas”: contrarias al trabajo y a la inversión, a la productividad, a la justicia y al sentido común. 

¿Qué ideas fomentamos los Republicanos?

# Gobierno DeLimitado a sus funciones naturales y específicas en seguridad, justicia y obras públicas, y asimismo limitados en atribuciones y recursos.

# Mercados libres de violencia y fraude, y competencia abierta para todos.

# Irrestricto respeto a los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad privada.

En base a lo anteriormente señalado, pueden identificarse 6 promesas básicas creíbles:

a) Seguridad, justicia, y obras públicas eficientes, con impuestos bajos.

b) Nuevas inversiones, empresas y empleos, con salarios e ingresos dignos.

c) Transformación de las actuales PYMEs en GEs: ¡grandes empresas!

d) Moneda sana y estable, y aumentos sustanciales en los ingresos reales _sueldos, salarios y beneficios_ y no meramente nominales.

e) Mejor educación y atención médica para todos.

f) Repatriación de capitales y profesionales venezolanos en el exterior.

Sólo un discurso así de “evolucionado” puede impactar y hacer la diferencia. Puede ser la clave para el “Partido outsider” del 2021. Pero el tiempo es ahora.

La decisión es nuestra. Por lo pronto dediquémonos a impulsar la Consulta Popular, ese Plebiscito Ciudadano. Como contrapartida a las elecciones ilegales del 6 de diciembre.

Finalmente, disfrutemos del aroma y el sabor de lo que ya esta en su punto. Brindemos por la eminente puesta en marcha del Webside de la Organización Social y Política PROYECTO REPUBLICANO. Bajo la Coordinación General Nacional del repúblico Rafael Guillen.

Y recuerda… Ciudadano en acción. ¡Juntos es mejor!


Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel


OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  23  DE AGOSTO 2020

 


domingo, 16 de agosto de 2020

EL LIDERAZGO POLÍTICO VENEZOLANO ¿DEBE CAMBIAR? @raulamiel

 

Lo primero que se me ocurre es que se deben de innovar, es que vuelvan a tomar la iniciativa. Pero, pregunto: ¿Y para ti? ¿Cómo sería el partido en que quisieras estar? ¡Piénsalo y contáctame para intercambiar opiniones!  

Yo creo, que nunca los partidos políticos fueron tan necesarios como hoy. ¿Quién, si no los partidos, sería capaz de traducir la formación de voluntad (y de opinión) social en leyes y acción política? Sin embargo, para que puedan cumplir con esta misión, deben reaprender cómo desarrollar los debates sobre cuestiones claves. De ahí su importancia como espacio decisivo para la reflexión crítica sobre el estado de la representación. Y por ende de la Nación.

Para luchar contra la indignación y el pesimismo en tiempos de la supremacía política del desgobierno y de una esfera pública desgastada, el concepto de partido político es más actual que nunca para nuestra República.

Deberíamos redescubrirlo como aquella institución a través de la cual se torna posible representar las diferentes ideas acerca del bien común en el contexto mismo de los procesos legislativos. Porque ¿quién, si no los partidos, debería formular alternativas político-ideológicas fundamentales, que conviertan la democracia en un espacio de posibilidades reales, en lugar de dejarla debilitarse en el marco de la retórica de las circunstancias? Es necesario que los partidos se renueven para volver a cumplir su función clave en la democracia. 

Por diversos motivos y debido a la forma en que ha evolucionado la sociedad en las últimas décadas, los partidos se encuentran bajo mucha presión. Para empezar, les resulta extremadamente difícil desarrollar un espectro de distintas orientaciones políticas y programáticas que lleve a la creación de un espacio democrático de toma de decisiones. A menudo esto se relaciona con que ya no hay discursos combativos, ni dentro de cada partido ni entre ellos. En consecuencia, su poder representativo, que se expresa en la inclusión de convicciones e intereses de las distintas clases y ambientes sociales y en su transformación en propuestas orientadoras, en definitiva se va debilitando.

La ocupación democrática específica del partido solo se puede comprender si se tiene claro su trabajo legislativo, que está preestablecido en la Constitución. Ser un partido es coadyuvar en la formación de la voluntad social demandando el poder de intervenir directamente en los resultados de los procesos legislativos parlamentarios a través de sus mandatarios.

En este sentido, no resulta superflua la expectativa de que los ciudadanos nos consideremos sujetos de nuestra democracia en un sentido republicano. La política basada en la delegación no es una política que aboga por un interés. Dejarse representar es una tarea exigente y ardua. La delegación exige dedicación. La formación de opinión lleva tiempo y necesita de conflicto. Votar es mucho más que elegir un partido o a un candidato. De esta manera, la delegación solo tiene valor agregado cuando se realiza en la aplicación pública de un espacio de deliberación del que nadie quede excluido. Es tonto reducir a los partidos a un perfil clásico de partidos programáticos.

Los partidos políticos deben ser el vehículo de los ciudadanos para ejercer el poder. Hoy tenemos un reto, ponerlos realmente al servicio de la sociedad.

La organización política en la que me gustaría estar es un partido que crea en las personas, pero que crea en los ciudadanos en serio, acompañándolos en su rumbo con instrumentos que le den verdadera libertad y verdadera conciencia de sus actos, para que a través de sus propias acciones, cada ciudadano se convierta en un generador de cambio positivo que construya una Venezuela  más íntegra, llevadera y resplandeciente. 

Un partido que convoque a todos quienes quieren desarrollar una vida con sentido, buscando la virtud y el crecimiento, tanto personal como social. Una fortaleza con coherencia, en que los esfuerzos individuales alcancen consecuencias y aporten a un esfuerzo sumado por la construcción de un país mejor para cada ciudadano, su familia, sus seres queridos, la sociedad toda. Entendiendo que  el rumbo social, el mercado y la economía será el acrecentamiento de nuestras acciones. 

Ese partido en el que quiero estar, no segrega ni separa entre buenos y malos. No genera odios, ni quimeras; se ocupa de ser siempre un ofrecimiento propositivo y entendiendo que la verdadera evolución es aspirar a mejorarse uno mismo para que otros también lo puedan hacer, es decir, que el cambio parte por ti. De nosotros. 


En muchas oportunidades les he referido de mi comienzo en la política. Les he contado mi paso como juvenil en el Partido Liberal o mi trabajo como directivo en el Movimiento Republicano. 

Pero nunca he contado una anécdota mucho más remota. Tenía yo 10 años. Un grupo de intelectuales, entre ellos un familiar. Deciden fundar un partido político para participar en las elecciones que  se celebrarían  a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez  en 1958. Fundado por Isaac J. Pardo y Elías Toro y donde también participan Martín Vegas, Rafael Vegas y Manuel Rafael Rivero. Lo que ellos denominaron como un “club político” con el fin de buscar una candidatura unitaria para las elecciones presidenciales de ese año. Se llamaba Integración Republicana (IR) un partido  de tendencia conservadora derechista. 

Integración Republicana promovía el nombre de Martín Vegas como candidato. Acción Democrática (AD), Copei y URD firmaron el 31 de octubre de ese año el Pacto de Puntofijo, por el cual se comprometían a respetar los resultados electorales y a gobernar en coalición estableciendo un programa de gobierno común, independientemente de cual de ellos obtuviera la victoria; Integración Republicana al igual que el Partido Comunista de Venezuela (PCV), fueron excluidos de ese acuerdo.  Comenzó temprano en nuestra incipiente democracia la segregación.

Integración Republicana cobró importancia real en 1962, cuando URD se retira del Pacto de Puntofijo y presentan la renuncia al gobierno de Betancourt, éste invita a Integración Republicana (ahora si era buena su compañía) a formar parte del nuevo gabinete hasta que culminara el período presidencial en 1964. Finalizando el período de Betancourt. Muchos de los miembros del partido se retiraron y pasaron a formar parte de otro movimiento de derecha, el Frente Nacional Democrático liderado por Arturo Uslar Pietri.

Porque la traigo a colación. Fácil, sumergido en su recuerdo, casi me dicta la memoria ese Ideal Republicano que tenemos en factoría. El Proyecto Republicano, nieto de aquel, pero adecuado a la renovación continua del pensamiento de libertad. La pagina Web ya esta en el horno. Presta a salir. Muy pronto disfrutaremos de su aroma y sabor. 

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!


Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel

 

OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  16  DE AGOSTO 2020

 




domingo, 9 de agosto de 2020

NÉSTOR SUÁREZ, VENEZUELA NECESITA : CONSTRUIR SU RUMBO PROPIO AL PRIMER MUNDO

Hace quince años muchos venezolanos debimos reunirnos, pero no lo hicimos. Un día a los venezolanos nos confundieron, y tomamos por riqueza lo que es un mero recurso natural. Nos creímos ricos, ignoramos que la riqueza se produce, y olvidamos y descuidamos sus condiciones de producción.

Ese día llamamos al Estado a repartir, y confundimos así lo público con lo privado. Ese día Nos Convertimos En Socialistas Sin Darnos Cuenta. Erramos las señales y extraviamos el Rumbo a la creación de riqueza, la prosperidad y la paz. Nos metieron por la izquierda y allí seguimos.

En América Latina, el populismo, estatismo y socialismo en lo político, y el proteccionismo en lo económico, construyeron las bases de una cultura irresponsable e ineficiente que ha prevalecido en buena parte y ha mantenido al continente alejado del Primer Mundo. 

Desde hace varias décadas se le ha persuadido a los venezolanos de que: el libre mercado es algo detestable y nefasto, y la izquierda es "progresista", y cuanto más interviene el Estado en la economía y actividades privadas es mejor (porque lo privado es "egoísta" Y contrario al bien común), y el socialismo es muy bueno al menos en sus intenciones de igualdad y generosidad con los pobres, y la "justicia social" Y la redistribución de la riqueza son plausibles y elevados ideales, los cuales conviene materializar y llevar a la práctica cuanto antes, a través de medidas y acciones concretas. Por eso los Estatistas y Socialistas ganan, y en buena parte el espectro político se reduce a Estatistas moderados y estatistas radicales. Y siempre ganando los más radicales. 

Esa ha sido en buena parte la historia de Venezuela. Incluso desde 1958 a la fecha ha habido un Consenso básico en la dirigencia pública y privada y la clase política Venezolana, en contra del Capitalismo de libre mercado, y a favor del sistema intervencionista, estatista, socialista que existe actualmente. A favor del Statu Quo.

Por eso nadie discutía que el Estado debía intervenir por la fuerza en toda suerte de actividades económicas, así como en las esferas personales como salud, educación, familia, deportes y cualquier otra cosa. Ni que para cumplir tan amplia gama de funciones, debe contar con facultades, poderes y recursos ilimitados. 

Además, los Gobiernos defienden sus propias ideas en temas delicados como la crianza y educación de niños y adolescentes,sexualidad y creencias religiosas, y las imponen a la fuerza con sus omnimodos controles, y con el uso de su inmenso presupuesto. Porque también se aceptó que para sostener sus enormes gastos, los Gobiernos pueden decretar cuanto impuesto se les ocurra, imprimir billetes o dinero a discreción, generando con esto continuas alzas de precios, y endeudarse sin límite. Y poseer bancos y empresas de todas clase, expropiar y confiscar lo que sea al sector privado cuando lo deseen, y/o gerenciar a través de
regulaciones, y también poseer centros docentes, hospitales, clínicas, etc

Ese es el sistema. Ese es el modelo. Esa es la receta que nunca se discutió y el debate que no se dió. Porque tuvimos un debate muy pobre, que siempre evadió los aspectos ideológicos por confusión y complejos con el socialismo, por la trampa de la justicia social y el bien común. Por eso el debate no se centró en el sistema, modelo o receta sino en las personas. Cuando surgía un grupo de personas que cuestionaba el sistema o modelo, todos de inmediato trataban de reprimirlos, silenciarlo o ignorarlo. Porque estaba en contra de ese consenso básico sobre el statu quo aceptado y aceptable para la dirigencia pública y privada. Eso fue un grave error que en buena parte estamos pagando hoy. Por eso también la unidad fracasó en buena parte y no ha sido eficiente para lograr la Salida.

Venezuela necesita conseguir una coherencia y consistencia frente al socialismo en cualquier versión. Frente al relativismo, al Foro de Sao Paulo, frente a muchos Impostores y farsantes que se encuentran en organizaciones internacionales como la ONU, la UE, y sobre todo en América Latina, debido a la cultura irresponsable e ineficiente que se ha construido en los últimos ochenta años. 

No somos contrarios al Estado sinoal estatismo o socialismo, porque nos ha traído pésimos resultados. Nos ha traído, descuido en las obras públicas, administración de Justicia, orden y seguridad, protección de las fronteras, criminalidad desbordada y hacinamiento carcelario. Nos ha traído inflación, desahorro, desinversión, decaimiento económico, desempleo y pobreza, ineficiencia generalizada,vicios políticos, corrupción, desintegración familiar y pérdida de valores,con ruptura de los tejidos social y productivo, deterioro en la educación y en la salud.

Por eso siempre hemos propuesto Desestatizar la sociedad. El sistema político, económico y Social actual de América Latina es muy complejo, esto contribuye a hacer difícil encontrar formas para salir del sistema, y motivar a la gente a convencerse de la necesidad de rechazarlo.

En el caso venezolano debemos construir nuestro Rumbo Propio. Debemos saber y ser capaces de formular de manera comprensible a donde ir. La visión de la sociedad que se desea construir debe ser clara y no difusa, explícita y no implícita, intransigente en los valores y el cambio del sistema. Se debe saber cómo llegar. Se debe ser capaz de formular de manera simple y comprensible el procedimiento, el camino, la secuencia de las medidas que inevitablemente se deben tomar. 

Una parte importante es tener la capacidad y el valor de decirle a la gente la verdad sobre los costos inevitables del proceso de transformación y de la transición. Milton Friedman, premio Nobel de Economía, decía que "no hay almuerzos gratis", del mismo modo, " No hay reformas o transformaciones gratis ". Se debe convencer a la gente. Necesitamos una gran cruzada por la defensa de la libertad. Por una sociedad libre. 

Los enemigos de la libertad están al acecho de cualquier descuido o error. La unidad tiene que ser para salir del régimen y también del sistema. La destrucción no ha sido accidental, sino consecuencia inherente al socialismo y al estatismo que es su medio instrumental inseparable.

Venezuela puede ser el mayor receptor de la propuesta reciente del Presidente Trump de trasladar las fábricas e inversiones estadounidenses de Asia para América Latina.

Venezuela debe aprovechar esta gran oportunidad para construir Su Rumbo Propio al Primer Mundo. Hay que ir a lo esencial, tenemos que recuperar primero la libertad y poner orden en la casa para poder crear riqueza. Tenemos que hacerlo lo más rápido posible, antes de que sea imposible hacerlo en Democracia. Necesitamos cambiar de sistema y no solo de Gobierno.

Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@NestorSuarezRB

¿SURGIRÁ EN VENEZUELA UNA CUARTA GENERACIÓN DE PARTIDOS POLÍTICOS?

El político recto nada se arriesga en el camino y tiene poco que temer en el término 

Benito J. Feijoo

Da la impresión de que el fracaso del proyecto socialista del siglo xxii y la recuperación de la normalidad democrática en Venezuela, traerán aparejada la transformación de varias organizaciones políticas hoy existentes, y lo mejor, la  aparición de nuevos modelos organizativos impulsadores de una nueva republica. En la que ya estamos inmersos con el Proyecto Republicano.

De mis viejas tardes de tertulia en el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) y de la mano de Roberto Casanova hoy vengo con estas reflexiones

Tiene sentido hablar de generaciones en materia de partidos si se logran identificar diferentes épocas en el sistema de partidos y, en cada una de ellas, se presencia el nacimiento de varias organizaciones políticas. Ese parece ser el caso de la democracia venezolana.  El primer período transcurre entre los años 30 y 40. El segundo se ubica entre los 60 hasta mediados de los 80. El último va de mediados de los 80 hasta el presente. Con todos los derivados del pensamiento socialista que hoy nos desgobierna. En cada uno de estos períodos nacen diferentes grupos de partidos que, por tanto, se vieron sometidos a distintos retos de adaptación.  

Otro hecho destacable del proceso político venezolano, desde hace algún tiempo, es la propensión de unos cuantos dirigentes a crear sus propios partidos y a no integrarse o mantenerse en las organizaciones existentes. Tal vez la petrificación del liderazgo de ciertos partidos los haga refractarios a la incorporación de nuevas figuras. Es posible que las contrastes dogmáticos o el conflicto de intereses frenan a un líder considerar la posibilidad de incorporarse a un partido existente. En cada caso existirán, sin duda, razones para justificar esa conducta pero el hecho no deja de ser llamativo. La realidad es que para las elecciones por venir hay la bicoca de 113 partidos con derecho a participar. Que lo hagan o no…ya es harina de otro costal. 

El partido ideal para esta nueva generación sería uno que pueda incorporar en su estructura y funcionamiento estos siete grandes principios.

El principio estratégico. Todo partido debe contar con una visión viable e inspiradora de la sociedad y del mundo. Dicha visión debe tener expresión concreta en su programa de gobierno así como en propuestas específicas de políticas públicas.

El principio deliberativo. Todo partido debe desarrollar una práctica de diálogo que le permita mantenerse abierto a la diversidad de perspectivas presentes en la sociedad y, por esa vía, al aprendizaje permanente.

El principio pedagógico. Todo partido debe ayudar a facultar a los ciudadanos en la comprensión de los grandes temas públicos. Es preocupante que los partidos hayan tendido a claudicar ante el desafío de ejercer el liderazgo intelectual de la sociedad.

El principio de responsabilidad. Ser responsable es ser capaz de responder ante quienes se tiene el deber de hacerlo. Los partidos deben responder ante los ciudadanos y si no lo hacen actúan irresponsablemente. En este sentido, iniciativas como la de publicar periódicamente un informe de rendición de cuentas o permitir una Auditoria Ciudadana a sus gestiones deberían ser seriamente evaluadas por las organizaciones políticas.

El principio de delimitación. Todo partido debe mantener ciertos límites en sus relaciones con las organizaciones de la sociedad y con los poderes públicos. De no ser así, su función como mediador entre unas y otros se pervierte.

El principio federativo. El proceso de descentralización iniciado en 1989, ha tenido significativo impacto en el sistema político venezolano. Podrían mencionarse, sin pretender ser exhaustivos, tres dinámicas desencadenadas por dicho proceso. En primer lugar, la posibilidad de construir carreras políticas desde el nivel local de gobierno hasta el nacional. Segundo, el surgimiento de incontables partidos regionales y locales. Tercero, diversos destinos organizativos de los partidos para reflejar la mayor eficacia política en los municipios y estados. Podría pensarse de interesantes propensiones y de alianzas con éstas, un partido podría transfigurarse en una federación de partidos y aprovechar, por así decirlo, las ventajas de lo pequeño y los beneficios de lo grande. Asi los partidos locales podrían resultar más a mano para los habitantes de las comunidades y, sobre todo, para el liderazgo de base que encontraría un espacio político en el cual desarrollar una carrera en esa vocación.

El principio democrático. El fenómeno de los partidos sin democracia, es  de rigor comentar, de partidos cuyas prácticas internas están reñidas con el ideal democrático, evidencia el rezago de esas organizaciones con respecto a la sociedad a la que pretenden liderar y razones por las cuales muchos partidos políticos han perdido credibilidad. Es menester activar el marco constitucional que obliga a los partidos a realizar elecciones internas periódicamente. Un partido debe ser una permanente escuela de democracia para sus miembros y para la sociedad en la que actúa. El principio democrático es, sencillamente, irrenunciable. 

Ideas no han faltado, pues. El problema ha estado, como suele ocurrir, en su implementación. Para esa tarea es necesario, para comenzar, iniciar una puesta en marcha. Una que permita entender a los partidos como parte de varios sistemas y, al mismo tiempo, como totalidades organizativas al servicio de la sociedad.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!  


 Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel

 

OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  9  DE AGOSTO 2020

jueves, 6 de agosto de 2020

LOS PARTIDOS POLÍTICOS DE HOY: ENTRE LA INNOVACIÓN Y LA RESISTENCIA. ¿HAY QUE REINVENTAR A LOS PARTIDOS VENEZOLANOS? LA RESPUESTA: ¡SI!


¿Está agotado el tiempo de los partidos? Definitivamente no. El planteamiento de “una democracia sin partidos” habla de sociedades con dificultad para entender cabalmente el significado de la democracia y, dentro de ella, el de los partidos políticos.

Percepción, comunicación y tiempo se conjugan en procesos sociales. La sociedad desarrolla vínculos a través del tiempo mediante sus formas de interacción, determinadas por lo que percibe, a través de la comunicación, de lo que debe ser o le conviene en su conjunto. Hay momentos de decisión, como los procesos electorales, en los cuales la decisión de la mayoría determina la orientación de un rumbo determinado.

La política es percepción. Y dicha percepción se materializa a través de procesos de comunicación que se dan dentro de la misma sociedad: la vida social se regula por la percepción de la política. Así la sociedad va moldeando su acontecer a través del tiempo mediante acontecimientos que le son significativos y que bien podemos calificar como hechos de trascendencia política. De ahí la importancia que el discurso ideológico juegue en el curso de los acontecimientos de la vida de una sociedad.

La incómoda relación entre los conceptos de discurso e ideología desconcierta a la mayoría de los estudiosos de los tratados críticos del lenguaje en algún momento de su carrera.  Y si bien a menudo encontramos que el discurso es un concepto que es más fácil de poner en práctica que la ideología al analizar los datos, preferimos la ideología como una herramienta analítica cuando esos datos se refieren al lenguaje, cuando examinamos las ideologías del lenguaje.

La crítica retórica examina la ideología como una forma de argumentación estratégica que funciona para legitimar la autoridad política. La ideología se presenta como filosofía política de una manera que llame la atención sobre su argumentación. Los argumentos ideológicos apoyan afirmaciones de quienes presumen del poder político para representar los intereses de todos, y  en que el orden social existente es natural e inevitable a la luz de la naturaleza humana. Formalmente ideología es la argumentación que realza su parcialidad en virtud de las reivindicaciones de universalidad. Eso es exactamente lo que todo partido político debe ser y hacer.

Otra tendencia evidente en el caso venezolano, y también en otros países; es el surgimiento de nuevas formas, distintas a la partidista, de hacer política. En efecto, el desarrollo de la llamada sociedad civil es, desde hace ya algún tiempo, la expresión de una manera en la que diversos grupos de interés, en las más amplias, e inesperadas, esferas de la vida social, pueden introducir sus opiniones en el debate público y presionar eficazmente a los gobiernos y a los partidos. Tal hecho se ve amplificado notablemente por la utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Un poco lo que vivimos hoy.

En resistencia, nos quieren mostrar los que hoy ostentan legitimidad por vía de la actual Asamblea Nacional. 23 partidos en total, de lo que llaman Frente Amplio, quienes anuncian que no participaran y llaman a no participar en las Parlamentarias 2020. Apelando a la ilegitimidad institucional del organismo que las convoca, el llamado CNE. Arguyen extensión administrativa, que es como la apodan. La comunidad internacional hasta donde entendemos los apoya. Han notificando que pronto la ciudadanía sabrá todo el contenido de la propuesta. De resto. 80 partidos dicen estar dispuestos a participar. Todos con intereses particulares y sin ninguna UNIDAD frente al  hegemón desgobierno.    

En innovación y reinvención, ya hay gestándose algunos por allí. Me refiero a los partidos.

Mientras tanto, yo sigo aferrado al PLEBISCITO CIUDADANO con distintas agrupaciones, en la que destacan el MOVIMIENTO LIBERTADORES, PROYECTO REPUBLICANO y una variadísima, pero efectiva, organización de eso que llamamos SOCIEDAD CIVIL. Que al final somos todas las fuerzas vivas de la sociedad. Esperemos su feliz desarrollo.

Pero hablemos de los partidos del mañana. Algunos partidos venezolanos se encuentran hoy, con diferentes grados de convicción y eficacia, en un proceso de búsqueda y transformación. Estoy en el eslabón del intento de contribuir a ese proceso, tratando de organizar la reflexión sobre el cambio necesario y acercándole, en lo posible, a un plano operativo. Les advierto, de entrada, que no se aspira a ser originales en esta materia. Existen valiosas experiencias y propuestas que han nutrido esta aproximación. Son varios los partidos que, en tiempos recientes, han dedicado espacio para pensarse a sí mismos y a ensayar nuevas formas de organización. Incluso colegiando propósitos.

Mi apuesta se centra en una forma organizativa e ideológica bajo estos postulados: Nosotros, ciudadanos venezolanos todos, conscientes de la necesidad de promover, crear comunidad y participar en una  experiencia de difusión de nuestros ideales de organización social y política, además de productiva; cuyos parámetros de constitución, formación y fundamentos ideológicos se inspiran en los principios republicanos que dio origen a la fundación de la República de Venezuela; con participación activa de la sociedad en su conjunto y su contribución en las transformaciones que aseguren la libertad, la concordia y la bonanza en Venezuela. Defendiendo los preceptos del liberalismo económico y los principios de la democracia liberal. 

Cuya misión sea la de promover y difundir el Ideario Republicano para la creación de instituciones del estado que originen: 1 - Estado DeLimitado 2 - Pensamiento Crítico 3 - Espíritu Empresarial 4 - Solidaridad Responsable 5 - Meritocracia Ciudadana.

Un Estado DE Ciudadanos, POR Ciudadanos PARA Ciudadanos. DE cada Ciudadano de acuerdo con su CAPACIDAD. A cada Ciudadano de acuerdo con su PRODUCTIVIDAD.

Creemos que todo proyecto político y social que aspire a transformaciones profundas y duraderas, debe fundar su actuar y su estilo, en la promoción de nuevos liderazgos, con una vocación real para invitar, promover y potenciar a que nuevos rostros y nuevas generaciones, sean forjadores del futuro de nuestra Patria, haciéndose parte de la discusión política y social, y recuperando la formación y la participación de nuestros jóvenes en todos los espacios de una sociedad en movimiento.

Pero, por sobre todo, creemos en el valor de la participación ciudadana así como en el respeto de la Constitución y de las leyes, porque ellas nos protegen de los abusos y de la violencia, y porque nos reconocen los mismos derechos y deberes a todos, haciéndonos iguales ante la ley.

Las crisis son el mejor momento para ser disruptivos y ofrecer nuevas soluciones a nuevos problemas. Queremos generar un cambio muy importante,  más bien,  determinante en el modo de hacer política en Venezuela.

Del liberalismo sabemos que es una  filosofía, una  doctrina  política  que además es económica y social. Sin embargo, lo no explotado y dejado de lado, es que EL LIBERALISMO ES UNA CULTURA.

… Esta es mi apuesta. 

Las organizaciones políticas tienen una razón de ser. Les corresponde a ellas, para decirlo en una frase, preparar gobiernos alternativos. Esto implica darle forma a visiones del país y socializarlas de la manera más amplia posible; identificar y articular posiciones e intereses; preparar a los eventuales gobernantes y legisladores; seleccionar candidatos a cargos de representación pública y participar en elecciones. Otras organizaciones podrán atender algunas de estas tareas pero sólo los partidos pueden y deben ocuparse de todas ellas.

Varios líderes con vocación política verán allí una oportunidad para canalizar su acción emprendedora. El PROYECTO REPUBLICANO es ya una realidad. De carne y hueso. De planta física. Decididos a conducir y compartir destinos de La Venezuela Posible.

¿Cómo lograr una sociedad libre y justa en condiciones de profundo conflicto sin perspectiva de solución?

¿Qué hace a PROYECTO REPUBLICANO la mejor alternativa liberal para Venezuela?

El desafío de reorientar al país por el camino de la racionalidad es inmenso y tiene que contar con el esfuerzo y participación de todos.

Nuestra estrategia de crecer como movimiento desde abajo, dentro de la concepción de unidades productivas autosuficientes que permitan la subsistencia vital del activista mientras se crean redes de colaboración política, social y económica que propenden a promover una sociedad integrada en torno a la creación de riqueza material, moral e intelectual. El nuevo y necesario tejido sociopolítico.

No hay mejor antídoto para contrarrestar el mensaje de quienes promueven la sociedad cerrada.

¡Los invitamos a acompañarnos!

Y recuerda…  Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!   


Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel

 




domingo, 2 de agosto de 2020

RAÚL AMIEL: LA CALLE DEL HAMBRE. LA FOTO DE LA MISERIA DEL SOCIALISMO VENEZOLANO


La calle del hambre. 
La foto de la miseria del socialismo 

¿Cómo medimos el costo del socialismo venezolano? ¿Es gente comiendo animales domésticos o de los bagazos de la basura encontrada en la calle? ¿Se está muriendo de desnutrición la gente? ¿Son mujeres vendiendo sus cuerpos? En realidad, es todo lo anterior. Y mucha más evidencia adicional. Todo lo cual,  muestra que el socialismo resulta en más miseria. El 82% de las personas viven en la pobreza, según data confiable certificada por organizaciones internacionales.

En una nación en crisis económica, los niños de Venezuela están sufriendo con mayor rigor. La pobreza va en aumento, incluido el aumento de la malnutrición infantil debido al acceso limitado a los recursos. 

La pobreza ha sido definida por varios autores y organizaciones internacionales desde perspectivas similares. Sin embargo, esas definiciones tienden a ser simplistas y no lo suficientemente poderosas para enfrentar situaciones complejas que involucran diferentes puntos de vista sobre el fenómeno de la pobreza. 

Nos planteamos utilizar un punto de vista praxeológico e introducir una nueva enunciación, “multipobreza”;  usándola para analizar la crisis actual en Venezuela. Se sacan tres conclusiones principales: en la Venezuela actual, es muy probable que todas las personas comunes sean pobres, y es posible que haya una explosión social; la naturaleza del ser humano es demasiado compleja para ser analizada bajo un enfoque simplista basado en la rigidez de los métodos cuantitativos puros; el enfoque de multipobreza agrega una ventaja humanista, praxeológica e individualista, basada en ideas de libertad de acción.

La pobreza es un término amplio que se ha definido de muchas maneras. Algunas de las definiciones más comunes se basan en el enfoque económico, medido a través de ingresos, satisfacción de lo básico económico que se requiere y necesidades elementales o diferentes tipos de combinaciones de esas variables. Sin embargo, otros tipos de pobreza existen, así como diversos determinantes cuantitativos y cualitativos; y las formas de la pobreza institucional en las medidas para paliar las providencias. 

Las mediciones actuales tienden a ser simplista y no lo suficientemente potente como para hacer frente a situaciones complejas que involucran diferentes dimensiones del fenómeno.

Apoyamos la idea de la existencia de multipobreza, con sus implicaciones, las percepciones, determinantes, correctores y las medidas, basadas en el hecho de que no sólo los determinantes económicos han estado presentes en el contexto venezolano, pero otros tipos de determinantes han sido factores corrosivos de la dinámica social de nuestro país. En el pasado, la falta de atención socioeconómica por todos los gobiernos anteriores produjo una sensación de desposesión y desagregación social en la mayoría de la población y que se acrecentó en los últimos 21 años.

Lamentablemente, Venezuela combina todas las características negativas mencionadas antes y es el perfecto caldo de cultivo para una potencial explosión social si no se toman los correctivos necesarios de inmediato.

Para comprender el desastre que se está desarrollando en Venezuela, debemos recorrer el siglo más reciente de nuestra historia  y lo que va de este; observando cómo nuestras instituciones ha cambiado con el tiempo. Lo que encontraremos es que Venezuela alguna vez disfrutó de niveles relativamente altos de libertad económica, aunque esto ocurrió lamentablemente bajo regímenes dictatoriales.

Pero, cuando Venezuela finalmente abrazó la democracia, comenzamos a matar la libertad económica. Esto no fue todo de una vez, por supuesto. Fue un proceso gradual. Pero sucedió a expensas del bienestar de millones de personas.

Y, en última instancia, la lección que aprendimos es que el socialismo nunca funciona, no importa lo que digan  Paul Krugman o Joseph Stiglitz, o los chicos de España como Pablo Iglesias.

Por supuesto, en comparación con el día de hoy, teníamos mucha más libertad económica con Betancourt que en la Venezuela de hoy. Pero, todos los presidentes, con una excepción, que vinieron después de Betancourt tomaron posiciones similares y continuaron eliminando la libertad económica. La única excepción fue Carlos Andrés Pérez, quien en su segundo mandato intentó algunas reformas de libre mercado. Que le costaron su defenestración.

Entonces, ¿cuáles son los resultados del socialismo en Venezuela? Bueno, hemos experimentado hiperinflación. El costo de la vida se ha disparado en millonarios porcentajes en los últimos años. Ya estamos en Mega hiperinflación. 

Tenemos gente comiendo basura, escuelas que no enseñan, niños desnutridos que pierden peso y mueren de hambre,  hospitales que no sanan, largas y humillantes colas para comprar alimentos y medicamentos básicos, gasolina, gas; sin agua,  sin electricidad  y pare de contar. Soportamos la militarización de prácticamente todos los aspectos de la vida. Con el confinamiento impuesto por la plaga del VirusChino ahora vivimos metódicamente en estado de sitio. Algo así como el cuento de los sapitos y la olla del agua hirviendo.

Entonces, ¿cuál es la respuesta de nuestra sociedad?  Nosotros pensamos que debe surgir un liderazgo pro mercado antes de que podamos esperar muchos cambios importantes. Nuestros actuales partidos de oposición política también abominan los mercados libres. No les gusta Maduro, pero todavía quieren su versión del socialismo.

Esto no es sorprendente. Como venezolanos, nuestra mala comprensión de la importancia de la libertad y los mercados libres ha creado nuestro desastre actual. Los venezolanos nunca entendimos realmente la libertad en su dimensión más amplia porque cuando disfrutamos de altos niveles de libertad económica, permitimos la destrucción de los derechos políticos y civiles, y cuando finalmente establecimos una democracia, permitimos la destrucción de la libertad económica.

Sin embargo, hay razones para la esperanza. Creemos que una verdadera evolución en las ideas realmente pueda traer una nueva era a Venezuela. El del país posible. En bienestar y prosperidad. Pero sobre todo en libertad. Lo mejor de todo, es nuestro empeño en que ello ocurra pronto. Para ello estamos trabajando en lo que hemos llamado: El Proyecto Republicano. Una nueva dimensión en el quehacer de la política y de los políticos. 

Seguimos en pie con la propuesta de un PLEBISCITO CIUDADANO.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

 

Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel


OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  2 DE AGOSTO 2020