domingo, 2 de agosto de 2020

RAÚL AMIEL: LA CALLE DEL HAMBRE. LA FOTO DE LA MISERIA DEL SOCIALISMO VENEZOLANO


La calle del hambre. 
La foto de la miseria del socialismo 

¿Cómo medimos el costo del socialismo venezolano? ¿Es gente comiendo animales domésticos o de los bagazos de la basura encontrada en la calle? ¿Se está muriendo de desnutrición la gente? ¿Son mujeres vendiendo sus cuerpos? En realidad, es todo lo anterior. Y mucha más evidencia adicional. Todo lo cual,  muestra que el socialismo resulta en más miseria. El 82% de las personas viven en la pobreza, según data confiable certificada por organizaciones internacionales.

En una nación en crisis económica, los niños de Venezuela están sufriendo con mayor rigor. La pobreza va en aumento, incluido el aumento de la malnutrición infantil debido al acceso limitado a los recursos. 

La pobreza ha sido definida por varios autores y organizaciones internacionales desde perspectivas similares. Sin embargo, esas definiciones tienden a ser simplistas y no lo suficientemente poderosas para enfrentar situaciones complejas que involucran diferentes puntos de vista sobre el fenómeno de la pobreza. 

Nos planteamos utilizar un punto de vista praxeológico e introducir una nueva enunciación, “multipobreza”;  usándola para analizar la crisis actual en Venezuela. Se sacan tres conclusiones principales: en la Venezuela actual, es muy probable que todas las personas comunes sean pobres, y es posible que haya una explosión social; la naturaleza del ser humano es demasiado compleja para ser analizada bajo un enfoque simplista basado en la rigidez de los métodos cuantitativos puros; el enfoque de multipobreza agrega una ventaja humanista, praxeológica e individualista, basada en ideas de libertad de acción.

La pobreza es un término amplio que se ha definido de muchas maneras. Algunas de las definiciones más comunes se basan en el enfoque económico, medido a través de ingresos, satisfacción de lo básico económico que se requiere y necesidades elementales o diferentes tipos de combinaciones de esas variables. Sin embargo, otros tipos de pobreza existen, así como diversos determinantes cuantitativos y cualitativos; y las formas de la pobreza institucional en las medidas para paliar las providencias. 

Las mediciones actuales tienden a ser simplista y no lo suficientemente potente como para hacer frente a situaciones complejas que involucran diferentes dimensiones del fenómeno.

Apoyamos la idea de la existencia de multipobreza, con sus implicaciones, las percepciones, determinantes, correctores y las medidas, basadas en el hecho de que no sólo los determinantes económicos han estado presentes en el contexto venezolano, pero otros tipos de determinantes han sido factores corrosivos de la dinámica social de nuestro país. En el pasado, la falta de atención socioeconómica por todos los gobiernos anteriores produjo una sensación de desposesión y desagregación social en la mayoría de la población y que se acrecentó en los últimos 21 años.

Lamentablemente, Venezuela combina todas las características negativas mencionadas antes y es el perfecto caldo de cultivo para una potencial explosión social si no se toman los correctivos necesarios de inmediato.

Para comprender el desastre que se está desarrollando en Venezuela, debemos recorrer el siglo más reciente de nuestra historia  y lo que va de este; observando cómo nuestras instituciones ha cambiado con el tiempo. Lo que encontraremos es que Venezuela alguna vez disfrutó de niveles relativamente altos de libertad económica, aunque esto ocurrió lamentablemente bajo regímenes dictatoriales.

Pero, cuando Venezuela finalmente abrazó la democracia, comenzamos a matar la libertad económica. Esto no fue todo de una vez, por supuesto. Fue un proceso gradual. Pero sucedió a expensas del bienestar de millones de personas.

Y, en última instancia, la lección que aprendimos es que el socialismo nunca funciona, no importa lo que digan  Paul Krugman o Joseph Stiglitz, o los chicos de España como Pablo Iglesias.

Por supuesto, en comparación con el día de hoy, teníamos mucha más libertad económica con Betancourt que en la Venezuela de hoy. Pero, todos los presidentes, con una excepción, que vinieron después de Betancourt tomaron posiciones similares y continuaron eliminando la libertad económica. La única excepción fue Carlos Andrés Pérez, quien en su segundo mandato intentó algunas reformas de libre mercado. Que le costaron su defenestración.

Entonces, ¿cuáles son los resultados del socialismo en Venezuela? Bueno, hemos experimentado hiperinflación. El costo de la vida se ha disparado en millonarios porcentajes en los últimos años. Ya estamos en Mega hiperinflación. 

Tenemos gente comiendo basura, escuelas que no enseñan, niños desnutridos que pierden peso y mueren de hambre,  hospitales que no sanan, largas y humillantes colas para comprar alimentos y medicamentos básicos, gasolina, gas; sin agua,  sin electricidad  y pare de contar. Soportamos la militarización de prácticamente todos los aspectos de la vida. Con el confinamiento impuesto por la plaga del VirusChino ahora vivimos metódicamente en estado de sitio. Algo así como el cuento de los sapitos y la olla del agua hirviendo.

Entonces, ¿cuál es la respuesta de nuestra sociedad?  Nosotros pensamos que debe surgir un liderazgo pro mercado antes de que podamos esperar muchos cambios importantes. Nuestros actuales partidos de oposición política también abominan los mercados libres. No les gusta Maduro, pero todavía quieren su versión del socialismo.

Esto no es sorprendente. Como venezolanos, nuestra mala comprensión de la importancia de la libertad y los mercados libres ha creado nuestro desastre actual. Los venezolanos nunca entendimos realmente la libertad en su dimensión más amplia porque cuando disfrutamos de altos niveles de libertad económica, permitimos la destrucción de los derechos políticos y civiles, y cuando finalmente establecimos una democracia, permitimos la destrucción de la libertad económica.

Sin embargo, hay razones para la esperanza. Creemos que una verdadera evolución en las ideas realmente pueda traer una nueva era a Venezuela. El del país posible. En bienestar y prosperidad. Pero sobre todo en libertad. Lo mejor de todo, es nuestro empeño en que ello ocurra pronto. Para ello estamos trabajando en lo que hemos llamado: El Proyecto Republicano. Una nueva dimensión en el quehacer de la política y de los políticos. 

Seguimos en pie con la propuesta de un PLEBISCITO CIUDADANO.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

 

Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com 

@raulamiel


OriginalMIS NOTAS FB.- DOMINGO  2 DE AGOSTO 2020

 


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