“El
hombre feliz es aquel que, siendo rey o campesino, encuentra paz en su hogar”.
Johann Wolfgang von Goethe
Carlos Enrique Rangel Guevara nació en Caracas el
17 de septiembre de 1929. Periodista, escritor, intelectual, figura de la
televisión y uno de los más notables difusores del liberalismo en América
Latina. “el hombre al que no le hicieron caso los
venezolanos”. Vaya
nuestro sentido homenaje a su memoria.
Repasar las entrevistas que le hicieron a Rangel a propósito del libro “Del buen salvaje al buen revolucionario” es penoso, porque ahí está avisada la malaventura de Venezuela. En todas sus prolijidades, represión, dictadura, hecatombe económica, diáspora de millones de patriotas. Todo lo inimaginable. Alcanzabas a oírlo, a leerlo y quedabas atónito con la inteligencia sus advertencias premonitorias.
Carlos Rangel se cansó de explicarles a los venezolanos el inmenso peligro que corría el país si escuchaba los cantos de sirena de los comunistas.
Atacado de manera virulenta por la izquierda, el pensamiento de Carlos Rangel no llegó a ocupar en esa época el espacio que se merecía en los medios universitarios y en las revistas de opinión. Más tarde, y ahora, con motivo del hundimiento del mundo socialista, sus planteamientos han cobrado nueva vida, no para aceptarlos todos en su totalidad, pero sí para valorarlos como una desprejuiciada, honesta, valiente y razonable reflexión sobre nuestro destino.
Repito.
Ver hoy, en Venezuela, las grabaciones de las entrevistas que le hicieron a
Carlos Rangel a propósito del libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”
es escalofriante, porque ahí está anunciada la tragedia del país. Eso que hoy
palpamos.
Aunque fue escrito en 1976 es una obra que sigue perfectamente vigente para la realidad de la región y viendo la forma en la que el autor hablaba de Venezuela, uno no deja de pensar en todo momento si no es lo que está ocurriendo ahorita...
Del buen Salvaje... es el manual definitivo de desmitificación histórica que necesitamos para quitarnos la venda de los ojos. Un punto de quiebre del repetido mensaje populista que nos hace sentir víctimas de sucesos a los cuales no tenemos control y negando la herencia occidental de la cual formamos parte. Este libro deberían regalarlo en las universidades, liceos, escuela, para que la gente abra los ojos del mundo en el que vivimos.
¡Todos los códigos! ¡Todas las advertencias, las señales, los ejemplos, los aprendizajes en cabeza ajena que hemos tenido enfrente todos estos años! Terminas de leer este libro y agregas un tono de resignada amargura ante la realidad que nos ha tocado -que me ha tocado- vivir en la Venezuela actual; nada se ha inventado, ni las ideas políticas han hecho algo para proponer salir del círculo vicioso de los complejos de inferioridad, de las reacciones sociales viscerales, de los autoengaños, de la vía cómoda del populismo, de las taras colectivas, de la comodidad del fracaso.
Recuerdo, de uno en particular, de sus programas. Un comentario apropósito de unas declaraciones de Nikita Jruschov, que en un viaje a USA declaraba: 'No podemos esperar que el pueblo estadounidense salte del capitalismo al comunismo, pero podemos ayudar a sus líderes electos a darles pequeñas dosis de socialismo, hasta que despierten un día y descubran que tienen el comunismo'". Carlos que era un dedicado anticomunista a tiempo completo, descargo toda su batería intelectual para rebatir y alertar de esa posibilidad. Con rigor conceptual y presencia de ánimo enfrentó los dogmas del marxismo en economía y política, denunció los desmanes del populismo, el colectivismo, el nacionalismo y el estatismo, y desenmascaró el autoritarismo intrínseco al marxismo. En la paradoja de la panorámica de lo que hoy acontece en el mundo y en especial en USA, yo diría que hasta en eso fue vidente.
Si bien, “Del buen salvaje al buen revolucionario” es su obra cumbre. Carlos Rangel tiene otro magnifico, menos conocido, pero igualmente visionario e importante de titulo: “El tercermundismo” (Monte Ávila, 1982). En el cual, aborda un tema desesperante. En efecto, la mayoría de los gobiernos que dominan hoy por hoy el planeta no tienen ningún interés en reducir las desigualdades entre naciones ricas y pobres, puesto que la explotación política e ideológica de esas desigualdades es más provechosa para ellos que su corrección. Más todavía, su corrección causaría la desaparición de las formas de poder que reinan sobre la mayor parte del Tercer Mundo, de las cuales los políticos que saben manipularlas derivan una combinación insólita de omnipotencia e irresponsabilidad.
“Ningún
hombre es profeta en su propia tierra”. Este aforismo español es un resumen muy
apropiado de la vida de este “gran intelectual liberal clásico venezolano” Como
me gusta calificar a Carlos Rangel. Una figura bastante apreciada en el ámbito
del liberalismo, pero poco reconocida en Venezuela. Rangel tenía ideas muy
poderosas sobre la política latinoamericana y las razones del subdesarrollo de
la región. Como brevemente lo esbozamos antes; la pregunta es: porque no
retomar su pensamiento y vigencia como estandarte a nuestro ideario republicano
y liberal.
Y
recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!
Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
@raulamiel
Original: MIS NOTAS FB.- DOMINGO 13 DE SEPTIEMBRE 2020
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